Los inicios, por lo general, no suelen ser fáciles. Y este caso no fue una excepción.
Hace ya cuatro años, surgió la posibilidad, a través de un conocido, de realizar un trabajo para la Semana del Pintxo de Álava. Y ni corta ni perezosa, con poca o nula experiencia en el complicado mundo de la fotografía gastronómica, y con muy poco material, me lancé a la aventura.
En 48 horas debía fotografiar más de 40 pintxos en diferentes puntos de Álava (la gran mayoría en Vitoria-Gasteiz) y entregarlas editadas para poder sacar el catálogo y que pudiera publicitarse en el tranvía. Mucha presión para una novata en esta faceta fotográfica.
Muchas horas de trabajo, pocas de sueño y muchos kilómetros después, todo salió adelante.
Os voy a dejar una pequeña muestra del trabajo.
Sinceramente, mientras veía las fotos, me he dado cuenta de lo que he ido aprendiendo en estos años. Y es que, es bueno e importante, de vez en cuando, dar un repaso a esas fotos olvidadas y amontonadas, para poder darte una alegría, en muchas ocasiones, y para ver que los años, la experiencia, la práctica y el aprendizaje han servido de algo. Al menos yo, creo que he mejorado, la fotografía es mejora constante, y continuo aprendizaje.
![]() |
MARMITACO Albóndigas de rabo con merengue de pimientos |